Colocamos una placa recordatoria en el lugar donde nació y pasó su infancia Florencio Molina Campos, quien, con humor, color y talento, supo retratar al campo argentino como nadie.

Sus ilustraciones nos siguen sacando una sonrisa y recordando quiénes somos. Costumbres, personajes, paisajes… todo contado desde el corazón de nuestra identidad.
Este lugar, su casa natal, es ahora también memoria viva. Y un recordatorio de que el arte también es historia.