Rindo homenaje a un verdadero ícono del mundo de la peluqueria argentina. Un trabajador incansable que mostró dedicación y pasión por su trabajo, marcó un estilo y dejó un legado en muchos de sus discípulos.
Con sus casi 90 años, esta leyenda sigue trabajando en la actualidad, demostrando su inagotable vocación por la belleza.
Es un honor para mí y para la legislatura porteña entregar este reconocimiento al gran Miguel Romano.
