Gabriel Lage se rebeló a la idea de vestir hombres, como hacía su padre, y desde los 14 años diseña moda de alta costura para mujeres.
Me contó que armar su taller fue un proceso largo, y que hasta hoy tiene dificultades para exportar sus diseños e importar telas e insumos.
La moda es una industria que podemos potenciar, con potencial para crear puestos de trabajo de oficio. A eso debemos sumarle que la Argentina tiene diseñadores envidiables y precios competitivos. Solo hace falta generar las condiciones para que eso suceda.